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12 julio 2012

La hermana y el cuñado del disidente chino Li Wangyang en paradero desconocido


Li Wangling, hermana del preso de conciencia recientemente fallecido Li Wangyang, y su esposo, Zhao Baozhu, fueron detenidos el pasado 7 de junio y desde dos días después de su detención, el 9 de junio, no se ha vuelto a saber nada más de ellos y se desconoce su paradero.

La detención tuvo lugar en la ciudad de Shaoyang, en la provincia china meridional de Hunan. El veterano disidente Li Wangyang, había muerto el día anterior en el hospital, y su hermana y su esposo habían preguntado a las autoridades cómo se había producido el fallecimiento y habían exigido una investigación y una autopsia independientes, ya que las autoridades afirmaron que se había suicidado, pero sus amigos y familiares no lo creían.

Zhao Baozhu pudo hablar con unos amigos por teléfono el 9 de junio, pero la conversación se cortó repentinamente cuando Zhao comenzó a hablar de Li Wangyang. Según varias fuentes, Li Wangling y Zhao Baozhu estuvieron detenidos inicialmente en un hotel del distrito de Daxiang de la ciudad de Shaoyang, y se cree que las autoridades se los llevaron de allí a eso de las 11.20 de la mañana de ese día. Desde entonces no se ha sabido nada de ellos.

A primeras horas de la mañana del 6 de junio, Zhao Baozhu, recibió una llamada telefónica del hospital comunicándole que su cuñado se había suicidado en un pabellón del centro. Acto seguido se dirigió al hospital, acompañado de su esposa, Li Wangling, donde encontraron el cadáver de Li Wangyang en la habitación que ocupaba.

Las autoridades municipales de Shaoyang sostienen que Li Wangyang se ahorcó, pero esta versión ha sido cuestionada por sus familiares y amigos.  En unas fotografías tomadas ese mismo día en el hospital se le ve erguido de pie, mirando por la ventana, con el cuello atado al marco por un trapo. En las fotos también se ve que tiene los pies apoyados en el suelo y en su cara no se observan señales de asfixia. Sus familiares creen que no es posible que un hombre que estaba casi ciego y prácticamente no podía andar sin ayuda se haya podido colgar.

La policía se llevó el cuerpo de Li Wangyang el mismo 6 de junio, aunque sus familiares protestaron afirmando que no estaba claro que las autoridades fueran a permitir una autopsia independiente. El 8 de junio se llevó a acabo la autopsia, sin la presencia de los familiares ni el abogado de Li Wangyang.

Al día siguiente, las autoridades incineraron el cadáver. Tras la indignación en China y en el extranjero, el 15 de junio la policía de la provincia de Hunan anunció que se había creado un grupo de trabajo para investigar la muerte de Li Wangyang. El 22 de junio se informó de que ya se había concluido el informe de la autopsia, pero las autoridades se negaron a publicarlo.

Li Wangyang, que quedó en libertad en mayo de 2011, fue una destacada figura del movimiento en favor de los derechos humanos y había sido perseguido por las autoridades chinas durante los últimos veinte años. En 1989 participó en la creación de una organización de trabajadores independiente, la Federación Autónoma de Trabajadores de Shaoyang, que exigía mejores condiciones laborales para los mineros y otros trabajadores.

Ese mismo año fue condenado a 13 años de cárcel por participar en el movimiento en favor de la democracia de 1989. Según fuentes locales, los guardias de la cárcel lo golpearon brutalmente y estuvo en régimen de aislamiento. En junio de 1996 fue trasladado al hospital para recibir tratamiento, pero ocho meses después volvió a la cárcel.

Li quedó en libertad a comienzos de junio de 2000 por problemas de salud. Comenzó a solicitar a las autoridades una indemnización por el coste de su tratamiento médico y en mayo de 2001 volvió a ser detenido tras iniciar una huelga de hambre. Condenado a 10 años por "incitación a la subversión", quedó finalmente en libertad en mayo de 2011.

El 22 de mayo de 2012, Li concedió una entrevista a un periodista de Hong Kong en la que habló sobre la tortura, que le había dejado ciego y casi sordo, e incapaz de moverse sin ayuda. Tras esta entrevista, las autoridades locales intensificaron su control sobre él, apostando más policías en el hospital en el que se encontraba.

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