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13 febrero 2015

Ganemos Sevilla, historia de un divorcio anunciado

Alguien se levantó en mitad del sopor de la tarde y afirmó que no se trataba de hacer “una unión de partidos, sino de romper la candidatura de partidos y promover la de los ciudadanos”.

Eran alrededor de las siete de la tarde del 3 de septiembre de 2014. Algo más de centenar y medio de personas se habían dado cita en La Casa Ensamblá de la calle Clavellinas para intentar poner en marcha una plataforma ciudadana unitaria y plural con el objetivo de ganar las próximas elecciones al Ayuntamiento de Sevilla y recuperar el Gobierno de la ciudad para la ciudadanía. 



Cuatro ventiladores asmáticos intentaban refrescar una sala abarrotada sin éxito y la gente salía y entraba del patio interior tras buscar un poco de agua y de aire fresco. Desde aquel inicio, el dilema de la fórmula jurídica ya se adivinaba como uno de los escollos que la plataforma ciudadana Ganemos Sevilla iba a tener que superar para lograr sus objetivos. La altura de miras no es que sea una de las cualidades más exhibidas por las formaciones políticas.

El catedrático de economía aplicada, Juan Torres, se percató de inmediato. “Ahí fuera hay miles de personas en paro, sin vivienda, y el Ayuntamiento vende suelo para dárselo a multinacionales y desmantela los servicios sociales; eso es lo que nos duele. Llevamos hora y cuarto debatiendo si son galgos o podencos y hemos venido a ver qué hacemos porque es urgente y no tenemos derecho a perder ni un minuto más”, abroncó a los asistentes, que lo premiaron con una sonora ovación. 

Desde entonces hasta hoy, se celebró una segunda asamblea en el Complejo Educativo Pino Montano, donde se aprobaron el código ético y los principios organizativos, y otra, la última por el momento, en la que se decidió al fin la fórmula jurídica a adoptar —coalición de partidos— y que ha significado la ruptura de la unidad pretendida desde los comienzos. De por medio, la ardua labor de las comisiones que se crearon en su día y que se han visto obligadas a desarrollar su tarea a contrarreloj y han intentado salvar el obstáculo de un debate que se zanjó, pero no se cerró, con la última votación.



La dicotomía de la fórmula jurídica

Rubén Sánchez, portavoz de Facua y uno de los impulsores de la plataforma desde una posición independiente, sostiene que la marca Ganemos Sevilla “no es la marca ganadora que soñábamos”. En su opinión había dos elementos claves desde el principio: “ir a las elecciones municipales si obteníamos una confluencia de fuerzas políticas y la recogida de 10.000 firmas que avalaran el proyecto”. 

El primero no se ha conseguido porque Podemos e Izquierda Unida “plantean fórmulas jurídicas distintas” y, aunque se pueda dar otra confluencia que no sea la suma de ambas, “no sería la confluencia ganadora que soñábamos”. El segundo es que si “a los cinco meses sólo obtenemos 5.000 firmas es que no hemos sido legitimados por la ciudadanía”. “Yo desde luego lo que no voy a hacer es decir una cosa y luego hacer otra”, explica.

Ismael Sánchez, secretario de organización de IU Sevilla Ciudad, califica el proceso de “ilusionante”, aunque reconoce que va a ser imposible la confluencia porque “se han puesto sobre la mesa dos fórmulas jurídicas antagónicas”. El Consejo Andaluz y el Federal de la formación política habían aprobado ya que Izquierda Unida concurriría a las elecciones municipales con su marca, lo que hace "inasumible" la agrupación de electores, porque “IU ni se diluye, ni se disuelve, ni desaparece”.



Esteban de Manuel, ex portavoz andaluz de Equo y uno de los que participaron en la puesta de largo de la iniciativa, sostiene que Ganemos Sevilla “tiene que ser una candidatura ciudadana mixta y no excluyente, de la que los partidos tienen que formar parte”. En su opinión “se daban las condiciones objetivas para que Podemos hubiera apostado por Ganemos Sevilla desde el inicio y no lo han hecho con claridad”. Para el representante de la formación eco-socialista, lo más importante es “el proceso interno”, porque “ahí hay un núcleo importante de gente que ha creado un entorno amigable y participativo”.

Por su parte, Federico Noriega, responsable del área de Sociedad Civil en el Consejo Ciudadano de Podemos Sevilla, entiende que “se ha deteriorado un poco lo que al principio era la visión de Ganemos Sevilla, que era mucho más ≪municipalista≫ en el tema individual” y que apostaba más por la agrupación de electores porque “era una fórmula mucho más neutral y daba menos sensación de apaño de siglas”. “Nos piden que pongamos nuestras siglas cuando saben que no lo podemos hacer, porque se ha decidido a nivel estatal”, explica. En lo relativo a la necesidad de reunir cinco mil firmas para hacer posible la agrupación de electores es tajante al afirmar que “hay que transmitir emoción y si no lo conseguimos es mejor que nos marchemos, porque significará que no hemos generado ninguna”.

Casi dos meses más tarde, el 30 de octubre, Ganemos Sevilla presentó ante la prensa en la intersección del Paseo Colón y la calle Almirante Lobo sus portavoces rotativos y el código ético y los principios organizativos de los que se había dotado. En el quinto párrafo de la introducción del documento organizativo figura textualmente: “No somos ni pretendemos ser una sopa de siglas, sino un espacio para la confluencia entre la ciudadanía y sus movimientos sociales y sus organizaciones sindicales y políticas”.



En referencia a la aparente contradicción que pudiera existir entre tal declaración y la fórmula jurídica finalmente adoptada hay disparidad de opiniones. Noriega explica que ya lo expusieron en la asamblea celebrada en el Teatro Távora sin ningún resultado, ya que Ganemos Sevilla “se ha escorado con una solución un poco al margen de sus principios fundacionales”. “Ésa era la idea desde el inicio”, —aclara Rubén Sánchez— “que no aparecieran las siglas de los partidos” y matiza que con la fórmula adoptada “es complicado, incluso si se hace por imposición jurídica para garantizar determinadas cuestiones”.

Sin embargo, tanto Ismael Sánchez como Esteban de Manuel “entienden que no”. El primero defiende que “una coalición no tiene que ser una sopa de siglas”, porque Ganemos Sevilla “es la construcción de una estrategia y un programa colectivo unitario donde todos los partidos políticos que lo conformamos junto a muchos ciudadanos construimos un espacio político”. Por su parte el representante de Equo añade que “estamos ante una coalición de nuevo cuño, un espacio neutral donde pueden entrar los partidos que renuncian a presentarse con sus siglas, aunque van coaligados y no tienen que desaparecer, porque además me parece poco democrático pedirles que se tengan que disolver”.

Sobre la posibilidad de utilizar la fórmula intermedia de crear un partido instrumental al efecto, las posiciones tampoco varían demasiado. Según De Manuel, Equo dijo que sí, pero Podemos e IU se negaron, lo que en su opinión demuestra “quién entiende este tipo de espacios y quién no”. Para Ismael Sánchez, esta fórmula “no es una propuesta de unidad, integradora” y argumenta que “la gente de IU ya milita en un partido político que no permite la doble militancia, además de que la ley electoral tampoco lo permite dentro del mismo partido judicial”. 



La misma manifestación del sentido de pertenencia está presente en la postura de Noriega, que aclara que durante la elección del Consejo Ciudadano de Podemos Sevilla se produjo un difícil debate entre las dos candidaturas aspirantes que “hizo que se cerrara mucho el arco en torno a la agrupación de electores y no creímos conveniente volver a reabrirlo, además de que no daba tiempo”. Para Rubén Sánchez, sin embargo, es más determinante “la falta de una figura de consenso que aglutinara a la gente” y que les hiciera valorar “lo importante que era el éxito electoral” y que para ello era necesario “echar a un lado determinados prejuicios”.

La incidencia del tratamiento mediático

Desde el comienzo de su andadura política, Ganemos Sevilla ha sido objeto de una campaña de desprestigio por parte de determinada prensa local. Las acusaciones de intento de capitalización por parte de los militantes de Izquierda Unida que participaban de manera activa en la plataforma y de ser una marca blanca de dicha formación política eran una constante en los titulares de medios como el ABC de Sevilla. 

No obstante, los entrevistados desmienten de manera categórica la veracidad de esas informaciones. Federico Noriega critica que responde “al afán del ABC de descalificar cualquier opción al margen de la política oficial”. Esteban de Manuel también la califica como “contaminación informativa interesada” a la que Podemos y parte de la prensa alternativa “le ha hecho el juego”. El representante de IU es más categórico aún al defender que su organización “ha sido absolutamente respetuosa, hasta el punto de nunca ir a romper el proyecto, como demuestran los hechos”.



De hecho, ninguno de los entrevistados tiene reproche alguno a las partes que han intervenido en la iniciativa. Rubén Sánchez sólo lamenta la “decepción” que le produce el no haber logrado la tan ansiada confluencia. Los integrantes de Podemos e Izquierda Unida destacan el trabajo realizado y que “la inmensa mayoría lo ha hecho honestamente por una candidatura unitaria”, porque nunca ha habido “una posición tomada a la ligera, ni para quedarse ni para marcharse”. De Manuel, por su parte afirma que se guarda los reproches, “porque en política lo fundamental es tender la mano siempre”.

El fantasma del mito de la fragmentación de la izquierda

A primera vista el panorama puede parecer un nuevo episodio de la cainita y autolesiva tendencia a la fragmentación de la que la izquierda ha hecho gala a lo largo de la historia de este país, en contraposición a esa "intuición de clase" que hace que la derecha tienda a agruparse cuando le llueven los problemas.

Esteban de Manuel reconoce de manera abierta que “este debate lo hemos tenido y ha estado a punto de hacernos desistir”. Según afirma, “los partidos miran más a lo suyo que a lo común y así no puede ser”. En la misma línea, Rubén Sánchez dice que es un exponente claro de dicho fenómeno y que “puede dar una imagen negativa en cuanto a que se produce en un momento histórico donde este perfil podría haber ganado las elecciones”. En su opinión, esto no hace más que “facilitar las cosas al PSOE”.

También Federico Noriega camina en la misma línea. Para él “es muy difícil” que la izquierda esté unida en un solo partido, aunque “sí en criterios y propuestas”, y lo importante ahora es que “la izquierda social y la ciudadanía sí lo está y sabe lo que quiere”. Algo parecido a lo que piensa Ismael Sánchez, que considera que lo trascendente es que Ganemos Sevilla "se siga conservando como espacio de convergencia política de la izquierda” en un futuro.

Las andaluzas en el horizonte

El adelanto de las elecciones autonómicas de la comunidad no por más anunciado ha dejado de coger por sorpresa a los integrantes de Ganemos Sevilla. De hecho buena parte de ellos piensa que tal circunstancia influirá de alguna manera en el camino de la búsqueda de confluencia política recorrido hasta ahora.

Ismael Sánchez aclara que le va a afectar más “a los partidos que nos presentamos en ambas convocatorias, no a Ganemos Sevilla”. Desde su punto de vista “altera más que otra cosa a los tiempos políticos”, porque tras las autonómicas viene Semana Santa y Feria y “nos metemos de lleno en las municipales. Pero eso es igual para todos”. Algo parecido opina Federico Noriega, que lo entiende más como “un daño colateral”, porque “las energías repartidas harán más complicado el proceso”.



Sin embargo, la percepción de Esteban de Manuel y Rubén Sánchez es distinta. Ellos esperan que el adelanto otorgue un pequeño hueco a la esperanza. El portavoz de Facua no descarta que “condicione" lo que vaya a ocurrir de cara a las municipales: “yo creo que incluso puede acabar provocando que se produzca la confluencia”. Y el representante de la formación eco-socialista lo considera hasta “favorable", porque va a ser "imposible montar dos candidaturas ciudadanas después de las autonómicas” y todavía confía en “la inteligencia política de los compañeros de Podemos para que podamos confluir”.

La simultaneidad de dos candidaturas ciudadanas

La sombra de que acaben por presentarse dos candidaturas ciudadanas que resten más que sumen ha estado presente a lo largo de todo el proceso. Noriega ni se plantea tal posibilidad, ya que “no tendría sentido porque no habría sitio para las dos”. Rubén Sánchez también se apunta a esta tesis y afirma que en Sevilla “la candidatura unitaria multiplicaría y llamaría a muchas personas que no votan habitualmente, les generaría ilusión de voto y provocaría que el tradicional voto útil se fuera a la plataforma”, si hay dos “el beneficiado sería el PSOE”.

También Esteban de Manuel lo califica de “desastre”, porque “no hay tiempo y sería poco inteligente y voy a hacer todo lo posible para que no sea así”. Ismael Sánchez, de IU, resalta que “nosotros vamos a pelear por nuestra estrategia política y respetaremos lo que decidan los demás” y afirma que, en caso de producirse, no lo ve tan grave porque “es un ejercicio de salud democrática que un Estado permita el multipartidismo y el que los ciudadanos se organicen y se puedan presentar a las elecciones”.

Explicar un proceso tan complejo al ciudadano que está a la espera de propuestas para decidir qué papeleta coger debe ser tarea complicada. En opinión de Esteban de Manuel, “la ciudadanía no lo va a entender”, igual que Rubén Sánchez, que cree que las decisiones determinantes “se tomarán tras la andaluzas” y todo va a ser “muy precipitado y se habrá perdido mucho terreno. Es la consecuencia de la falta de altura de miras que ha habido”.

Una visión más optimista es la que ofrece Federico Noriega, para el que Ganemos Sevilla “ha sido un escalón más, como la asamblea ciudadana en su día. Que falle una marca no quiere decir que sea un fracaso, sino un avance respecto a la situación anterior”. De la misma manera se expresa Ismael Sánchez, que espera que “no tenga un efecto desmotivador” y que la ciudadanía sepa entender que “si no es posible una candidatura unitaria, cada uno tiene que apoyar aquello donde se siente más representado”.

En lo que hay un consenso generalizado es en no perder la esperanza en un proyecto que ha dado buenos frutos. Todos coinciden en valorar el trabajo efectuado, que es el esfuerzo de mucha gente y que “ahora se puede aprovechar bien por candidaturas que surjan o por quien se presente a las elecciones”. La confluencia, de momento, queda aparcada para mejor día.

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