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06 octubre 2015

MSF denuncia la flagrante violación del Derecho Internacional Humanitario



La doctora Joanne Liu, presidenta internacional de Médicos Sin Fronteras, ha calificado en un comunicado de “inadmisible” el bombardeo del hospital de Kunduz, en Afganistán, por parte de un avión estodunidense. La doctora ha asegurado que dichas instalaciones han sido durante cuatro años “la única estructura de todo el noreste de Afganistán que ofrecía atención médica y quirúrgica vital”. 

Dicha atención especial llegó a su fin el pasado e de octubre, cuando el hospital “fue bombardeado deliberadamente , causando la muerte a 12 trabajadores de MSF, 10 pacientes —entre ellos 3 niños— y resultando heridas otras 19 personas, de las que 19 formaban parte de su equipo. 

“Todos los que formamos MSF estamos conmocionados, y nuestros pensamientos están con las familias y los amigos de las víctimas. Nada puede excusar la violencia contra los pacientes, contra trabajadores médicos y contra centros de salud”, ha manifestado Liu.

Para la presidenta de la organización médico humanitaria, los hospitales situados en zonas de conflicto están “amparados bajo el Derecho Internacional Humanitario” y constituyen “espacios protegidos”, por lo que hasta que se demuestre lo contrario, los acontecimientos del pasado sábado “suponen una violación injustificable de esta legislación”. “Más aún, en estos momentos trabajamos bajo la presunción de que estamos ante un crimen de guerra”, ha añadido.

En la última semana, mientras los combates y la violencia se extendían por la ciudad, 400 pacientes fueron tratados en ese hospital, que se suman a las decenas de miles de civiles y combatientes de todos los bandos en conflicto que habían resultado heridos y fueron atendidos y tratados por MSF desde su apertura en 2011.

La noche del bombardeo, ha explicado Liu, el personal de MSF que trabaja en el hospital “oyó lo que más tarde se confirmaría como un avión del Ejército estadounidense”, que sobrevoló varias veces en círculos el espacio del recinto hospitalario y “lanzó sus bombas repetidamente sobre uno de los edificios en cada pasada que hacía”. El edificio en cuestión era el que albergaba la unidad de cuidados intensivos, y las salas de emergencia y de fisioterapia. Los otros edificios dentro del recinto quedaron, en su mayor parte, intactos.

A pesar de que Médicos Sin Fronteras alertó “tanto a los responsables militares afganos como a los de la Coalición, el ataque aéreo continuó durante al menos otros 30 minutos”. El hospital era muy conocido, y sus coordenadas GPS habían sido compartidas de manera regular con las fuerzas de Coalición y con los mandos militares y funcionarios civiles afganos, la última vez en fecha tan reciente como el martes 29 de septiembre.

Para Liu, este ataque “no puede ser considerado como un simple error o una consecuencia inevitable de la guerra”. En sus declaraciones, ha añadido, el Gobierno de Afganistán ha alegado que las fuerzas talibanes utilizaban el hospital para disparar contra las fuerzas de la Coalición, lo que implica que “las fuerzas afganas y estadounidenses, que trabajan juntas, decidieron arrasar un hospital en pleno funcionamiento, lo que equivale a un reconocimiento del ataque como crimen de guerra”.

Este bombardeo no solo afecta a la organización médico humanitaria, “sino a toda la respuesta humanitaria que se realiza en cualquier lugar”, ya que, sobre todo, “socava los principios fundamentales de la acción humanitaria”. “Necesitamos respuestas, no solo para nosotros, sino para todo el personal médico y humanitario que asiste a víctimas de los conflictos en cualquier parte del mundo”, ha concluido la presidenta, para quien la preservación de las estructuras sanitarias como instalaciones neutrales y como espacios protegidos “va a depender de la realización de una investigación transparente e independiente y de sus resultados”.

1 comentario:

Mark de Zabaleta dijo...

Gran análisis...