cabecera_tipográfica_trans

30 noviembre 2015

La impostura de PSOE y Ciudadanos en la lucha contra el cambio climático en Andalucía

Todavía resuenan los ecos de la campaña “que el niño que fuiste no se avergüence del adulto que eres” que lazó la organización ecologista Greenpeace en octubre pasado, en la que solicitaba a los políticos que “sitúen la protección del medio ambiente en el eje de sus políticas”. La campaña, original como pocas, tuvo tal repercusión en los medios y en las redes sociales que los líderes de las formaciones se vieron obligados a contestar desde sus perfiles oficiales.

Albert Rivera, candidato de Ciudadanos, respondió a través de Twitter al requerimiento de la organización ecologista con un tajante “acepto el reto. Cuidemos, con hechos, de nuestra casa común, La Tierra”, mientras que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, contestó con la frase “Y ese es mi compromiso. Vamos a hacer un país más habitable y sostenible”, acompañada de una fotografía en la que figuraban algunas medidas al respecto de su programa electoral. Esto es lo que se sostiene de cara a la galería, la impostura. 

Entre bambalinas, donde se cuecen los entresijos del poder, la cosa suele ser bastante diferente, cuando no diametralmente opuesta. Es lo que ha sucedido en Andalucía, donde el PSOE —que en el colmo de la desfachatez encima se ha sumado a la Marcha Mundial por el Clima— gobierna con el apoyo de Ciudadanos. El pasado martes se celebraba en el Parlamento Andaluz la sesión de ponencia del Proyecto de Ley que modifica la Ley 7/2007 de 9 julio, de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental de Andalucía. 

Durante su transcurso, los dos partidos integrantes del pacto de Gobierno, con el inestimable apoyo del PP andaluz, votaron juntos para no incluir una enmienda de Podemos que planteaba la inclusión de una Disposición Adicional segunda sobre “medidas excepcionales en materia de explotación de recursos naturales en suelo no urbanizable”, basada en una propuesta de la Plataforma Ciudadana Torreperogil Libre de Fracking.

Según ha informado hoy dicha Plataforma en un comunicado público, la citada enmienda pretendía impedir “el aprovechamiento, investigación o explotación de hidrocarburos, sea cual sea la técnica empleada, en atención a sus efectos negativos sobre las características geológicas, hídricas, ambientales, paisajísticas, culturales, patrimoniales o socioeconómicas” en este tipo de suelos en todo el territorio andaluz.

Con ello se pretendía paralizar los permisos de explotación de hidrocarburos vigentes —Ulises 2 y 3 3n Jaén y Penélope en Sevilla— y también los que están en trámite de autorización —en las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla y Cádiz, a lo largo de todo el valle del Guadalquivir—. La Plataforma basaba esta petición en la “evidencia de los perjuicios” que la explotación de este tipo de combustibles tienen para el cambio climático en una comunidad como la andaluza, “especialmente castigada por su frágil situación geográfica”.

Los ecologistas explican en su nota que las emisiones de metano, altamente superior al CO2 en la producción del efecto invernadero, que se dan en todo tipo de explotación de hidrocarburos, —fracking, fracking de bajo volumen o convencional—, “son claramente incompatibles con el cumplimiento de cualquier objetivo de control del aumento de la temperatura global del planeta en las próximas décadas que pueda ser aprobado en la Cumbre del Clima de Paris”. A ello hay que sumarle que nos encontramos “en una de las zonas de la Tierra que va a sufrir de forma más acusada las consecuencias del citado calentamiento global”.

La Plataforma Ciudadana Torreperogil Libre de Fracking entiende que si los combustibles fósiles son la mayor amenaza para el calentamiento global, “no tiene ningún sentido seguir adelante con proyectos de investigación para averiguar la posibilidad de poner en marcha la explotación de dichos recursos”, ya que compromete “gravemente nuestra supervivencia, más aún cuando existen en nuestra comunidad autónoma un buen número de alternativas energéticas limpias y renovables”, que pueden ser decisivas para alcanzar nuestra soberanía energética.

Como bien dice el refrán, del dicho al hecho hay gran trecho.

No hay comentarios: